Podemos definir el estrés como una de las epidemias de nuestro siglo, ya que, aunque no lo parezca, son muchas las enfermedades que le acompañan.
En este artículo quiero mencionarte los síntomas de una persona que tiene mucho o demasiado estrés. No tienes por qué tenerlos todos, pero sí te recomiendo que revises tu día a día para ver qué es lo que estás haciendo por ti y qué te perjudica.
Síntomas de mucho estrés:
- Dolor o tensión: Las personas que padecen de un nivel de estrés demasiado elevado pueden experimentar cierta tensión o dolor en la cabeza, el pecho, el estómago o sus músculos. Esto es debido a que cuando estamos estresados/as nuestros músculos tienden a tensarse y con el tiempo esto puede causar dolores de cabeza, migrañas o problemas en las articulaciones.
- Problemas digestivos: Cuando el estrés es demasiado elevado, las personas pueden experimentar diarrea y/o estreñimiento, así como náuseas o vómitos. De este modo el estrés puede afectar la rapidez con la que los alimentos se mueven a través de nuestro sistema digestivo, así como la forma en la que nuestros intestinos absorben los nutrientes.
- Cambios en el deseo sexual: Un nivel de estrés alto también puede causar cambios en el deseo sexual de las personas, así como experimentar de problemas menstruales irregulares o dolorosos en las mujeres. Por otro lado, los hombres pueden tener problemas en la producción de esperma.
- Cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial: Cuando una persona está abrumada por el estrés, su cuerpo entra en el modo de ‘lucha o huida’ lo que equivale a que las glándulas suprarrenales se activen para que liberen hormonas como el cortisol y la adrenalina. Esto hace que nuestro corazón lata más rápido y la presión arterial también aumente.
- Más o menos apetito: El estrés excesivo también puede afectar nuestro apetito, haciendo que las personas coman menos o más de lo normal.
- Pensamientos negativos: Un nivel de estrés alto también puede afectar la forma en la que pensamos, haciendo que nos centremos en los pensamientos negativos que nos dificultan cumplir con las responsabilidades normales y poder tomar decisiones racionales.
- Menos motivación: Las personas que padecen de demasiado estrés también pueden ver afectada la motivación tanto para realizar ejercicio como para realizar diferentes actividades en su día a día.
- Aislamiento social: El estrés emocional también puede afectar nuestras relaciones con los demás. Las personas con un nivel de estrés demasiado elevado también pueden acabar aislándose de su círculo social.
- Depresión o ansiedad: Cuando el estrés es demasiado elevado puede acabar afectando de tal modo que la persona puede desarrollar otros trastornos como son la depresión y/o la ansiedad.
- Problemas para dormir o dormir demasiado: Experimentar de un nivel de estrés elevado también puede cambiar nuestras costumbres por dormir, haciendo que durmamos más horas de las necesarias o por lo contrario, que acabemos por experimentar de insomnio.
- Tomar peores decisiones: Estar en constante estrés también puede afectar nuestra capacidad para tomar decisiones más ‘correctas’.
Como ves, el estrés influye en todos nuestros ámbitos de la vida y, como te he dicho anteriormente, es el motor de muchas de las peores enfermedades que podemos padecer, como el cáncer.
¿Cómo afrontarlo?
He creado estos dos artículos que pueden serte de utilidad:
El estrés en el trabajo: qué depende de ti y qué no. Accede aquí
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