Qué hacer cuando tu trabajo no te motiva

Seamos claros, la vida a veces no es como la habíamos concebido cuando éramos pequeños. ¿Te acuerdas de lo que querías ser de mayor cuando tenías 7 años? Seguro que muchas cosas y todas fascinantes. Sin embargo, han pasado los años, y en vez de la vocación has optado por escoger los trabajos que pagan las facturas. Has decidido prescindir de tu entusiasmo por vivir.

Son pocas las personas que han seguido su ideal desde siempre, como que ya lo tenían muy claro y han escogido el estudio hasta colocarse en su puesto de trabajo preferido. Ello puede que les haya costado más o menos esfuerzo, sin embargo, ahí están, levantándose cada mañana para ir a trabajar con la cabeza bien alta y orgullosos por haber alcanzado la meta.

O igual no van tan contentos. Resulta que a lo largo de los años todos vamos evolucionando y, con esa evolución, vamos queriendo o nos van interesando otras cosas. Por lo que, el hecho de que a los 25 hayas aprobado unas oposiciones con un trabajo ya para el resto de tu vida, no significa que ahora, con 40 ó 50 años estés entusiasmado por ir a trabajar. Por la cara que ponen los funcionarios cuando vas a la ventanilla única, te darás cuenta de que están hartos. Como dice la frase: “Lo poco agrada, lo mucho cansa.” Lo mismo le pasa a las personas que encontraron a su pareja en la adolescencia. Después, cuando ya han pasado los años, necesariamente se divorcian, porque sus intereses por la vida no eran los mismos a los 17 que a los 35.

Así que, si te sientes desmotivado en tu trabajo tienes que ser consciente primero de una cosa: es absolutamente normal, estás evolucionando. Lo cual es positivo y significa que maduras, que los años pasan por ti. Los síntomas pueden no ser muy agradables, puedes tener falta de concentración, apatía, insomnio, despistes… No te alarmes, no estás entrando en una depresión, simplemente estás mudando de piel.

Ahora, una vez que ya sabemos la causa, hay que actuar en consecuencia. Si puedes, te conviene pedir una baja, aunque sea de una semana. El hecho es que necesitas estar solo contigo mismo, cambiar la rutina para observarte. Si no puedes pedir la baja, entonces te aconsejo que cuando llegues a casa y los fines de semana busques un momento para estar contigo. Durante estos días empezarás un nuevo hábito, el cual tiene que durar 21 días.

Este hábito va a comenzar con ciertos ejercicios:

  1. Haz las cosas más lentamente, con consciencia. Cuando te prepares el desayuno hazlo centrado en eso y saborea tanto la tostada como el café. Sorbo a sorbo.
  2. Haz sólo una cosa en cada momento. Venimos estando en una sociedad muy estresante y ahora lo que necesitas es la calma absoluta para estar contigo. Así que, cuando pasees sólo camina, no lleves música. Cuando veas una película, estate atento al diálogo, no a las notificaciones de tu móvil. Tómate un tiempo, 20 minutos si lo deseas para mirar el móvil. Pero sólo eso.
  3. Medita. Deja que la paz mental entre a tu vida. Empieza a aceptar el silencio en tu vida. Busca una habitación y un momento en el que no escuches absolutamente nada. Si quieres sal al jardín o hazlo en un parque. Pero estate sólo. No quiero que te pongas ninguna meditación en el móvil para escucharla. No. Tan sólo préstale atención a tu cuerpo, a tu respiración.

Haz estas cosas durante 21 días y verás cómo la mente te irá indicando el siguiente paso. Encontrarás entusiasmo por hacer nuevos hobbies o quizás algunos antiguos. Lo importante es que volverás a recuperar esa sensación por querer hacer algo. Encontrarás la motivación y entonces tu cuerpo te indicará el camino a seguir.

También te recomiendo que durante estos 21 días e incluso más, escribas un diario. Anota en un cuaderno todos los pensamientos que te vengan a la mente, tanto si son negativos como si son positivos. En ese momento siente la sensación que te provocan y recuerda el motivo por lo que los sientes. Es importante que lleves la sensación al máximo, deja que tu cuerpo sienta completamente porque de esa forma se irá extinguiendo la sensación. Pero si lo cortas, si no la dejas ser, entonces te la guardas y más adelante explotará. De esta forma, avanzarás en tu proceso de transformación.

Cuando la mente se agolpe de pensamientos, te sientas frustrado, mareado por no ver la salida, entonces deja lo que estés haciendo y vete al baño. Ponte delante del espejo mirándote y dile a tu mente: ¡Para ya! ¡Déjame en paz! ¡Cállate! En ese mismo momento necesitas realizar un reflejo físico, puedes erizar tus vellos, o apretar las manos… Lo que estás haciendo es un anclaje. Tu mente subconsciente tiene que saber que con este movimiento la mente se calla, de tal forma que cada vez que lo hagas “la loca de la casa” dejará de emitir pensamientos. Así como lo hizo Pavlov con el experimento de la salivación de los perros. De esa forma es como vamos aprendiendo.

Como te digo, en este vídeo vamos a trabajar los 21 días de rutina para encontrarte a ti mismo. Para amarte. Has estado tan pendiente de los estímulos de afuera tanto tiempo, de las facturas, de los caprichos, que te has perdido en la sociedad. Has perdido a tu yo a tu niño interior. Tu espíritu no está equilibrado con lo que estás realizando en este momento y por eso te va dando pistas de cambio. Es hora de parar. Date estos días y haz los ejercicios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *